Si hay algo que nos caracteriza a los mexicanos es que cuando tenemos una celebración (cumpleaños, graduación, bodas, despedidas, nacimientos, dìa de la madre, dìa de la virgen, el amor, el desamor o una reunión “tranqui”) nos gusta festejarlo con música y si es de mariachi, mucho mejor.
El mariachi es uno de los símbolos más reconocidos y representativos de la cultura mexicana y su folclore, figuras como Jorge Negrete, Pedro Infante, Jose Alfredo Jimenez, Juan Gabriel, Vicente Fernández, entre otros, cimentaron gran parte de su carrera musical en la interpretaciòn de este género tradicional mexicano, logrando éxito y reconocimiento dentro y fuera del país.
Por supuesto, la imagen característica y más reconocida del mariachi es la formada por un grupo de músicos con traje de charro e instrumentos como la guitarra, el violín, trompeta, guitarrón, arpa y vihuela, los instrumentos y la cantidad de músicos puede variar, aunque al verlos siempre los reconoceremos ya sean aquellos grupos que encontramos en cada estado y ciudad del país o en la clásica Plaza Garibaldi de la CDMX o la Plaza de los Mariachis en Guadalajara.
Se dice que el mariachi tiene su origen en Jalisco, en el municipio de Cocula. La tribu coca que habitó en Coculán, descendientes de los chimalhuacanos y de los nahonas eran amantes de la música, hábiles para aprender y hacer ritmos con la pura imitación de lo que escuchaban y los usaban como tributo a sus dioses Tecoayotl y Cocolli.
Cerca de 1527, años después de iniciada la Conquista, llegaron a la región de Coculán los evangelizadores con la imagen de la Virgen de la Pila, aprovechando la afición de los pobladores, usaron música de violines y guitarrones para convertirlos al cristianismo. Los cocas rápidamente aprendieron ésta música española y combinándola con sus propios ritmos, dieron origen a una música mestiza que más tarde se convertiría en el Mariachi. Estos ritmos también se desarrollaron en la región que abarcan los estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, una porción de Zacatecas, Aguascalientes y parte de Guanajuato, Sinaloa y Guerrero.
Los jarabes, sonecillos y valonas se popularizaron rápidamente en toda la región donde grupos líricos comenzaban a hacer populares canciones con letras “escandalosas”, satíricas y anticlericales que no gustaban a las altas esferas sociales del Virreinato, incrementando el espíritu nacional impregnado en el sonido del mariachi.
Éste es el fragmento de una carta que dirigió, en 1852, el sacerdote Cosme de Santa Anna, párroco de lo que ahora es Nayarit, al obispo Diego Aranda y Carpinteiro:
“Al acabarse los divinos oficios en mi Parroquia en el sábado de gloria encuentro que en la plaza y frente de la misma iglesia se hallan dos fandangos, una mesa de juego y hombres que a pie y a caballo andan gritando como furiosos en consecuencia del vino que beben y que aquello es ya un desorden muy lamentable: sé que esto es en todos los años en los días solemnísimos de la resurrección del Señor y solo que ya sabemos cuántos crímenes y excesos se cometen en estas diversiones, que generalmente se llaman por estos puntos mariachis.”
Desde sus inicios, la música de los mariachis representó un símbolo de identidad para los mexicanos durante las distintas etapas históricas, hasta convertirse, en la actualidad, en un símbolo que se reconoce en todo el planeta para identificar a México o un mexicano.
La vestimenta clásica de los mariachis es el traje de etiqueta de charro (los charros poseen al menos 4 o 5 trajes: traje de etiqueta, traje de gala, traje de media gala y traje de faena). El traje de etiqueta es el más elegante (con adornos bordados en traje y sombrero), nunca se usa para montar, es de un solo color desde el sombrero (por lo regular negro o blanco), con finas telas, botonadura de plata, corbata de moño, botines de charol con cinturón y fornitura para la pistola del mismo color que el calzado y camisa blanca, el sombrero lleva una copa que son dos depresiones a los lados.
En el 2012, el Mariachi fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por “ser transmitido de generación en generación, recreado constantemente durante eventos festivos, religiosos y sociales, reforzando el sentido de identidad y continuidad de sus comunidades portadoras en México y el extranjero.”
Hoy en día existen agrupaciones de mariachis en todo el mundo, no sólo mexicanos, sino de distintas nacionalidades y países como: Italia, Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Grecia, Croacia, Sudamérica, Japón y Estados Unidos.
En la actualidad existe un sinnúmero de canciones con mariachi muy exitosas, pero sin duda una de las composiciones que no puede faltar en una celebración y sobre todo en las celebraciones patrias de septiembre es la canción de “México Lindo y Querido”, escrita por Chucho Monge y hecha famosa por Jorge Negrete, ésta canción resume en su letra el significado del mariachi y el patriotismo mexicano.
¿Qué opinas del mariachi? ¿Cuáles son las canciones que no pueden faltar en las fiestas mexicanas? Coméntanos en Facebook y si te gustó éste artículo ¡compártelo con tus amigos!
¿Eres apasionadx de la cultura mexicana? ¿Te gusta escribir? ¡Nos encantaría publicar tus artículos en Vervena! No lo pienses más y comparte con el mundo tus puntos de vista y tu pasión por la cultura de nuestro México, descubriendo a ese blogger que llevas dentro. ¡Publica tu artículo!.
"Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida no es el fin del mundo, es el inicio de uno nuevo."
